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Redes de franquicias líderes ofrecen modelos alternativos de baja inversión
Empresas españolas están ofreciendo una alternativa a su modelo de franquicia tradicional, adaptándose a las condiciones actuales de debilidad económica.
Grandes marcas españolas que operan bajo el sistema de franquicias están adaptado sus modelos de negocio para ofrecer al emprendedor una solución de inversión a la medida de sus necesidades frente a la actual crisis económica.
En este sentido, algunas enseñas nacionales están ajustando sus modelos a la demanda actual del mercado, priorizando un enfoque de baja inversión y alta rentabilidad.
Las versiones 2.0 están diseñadas para ambas marcas, y se lograron gracias a la optimización de los recursos pero manteniendo la misma rentabilidad por cada metro cuadrado, así como el servicio y la calidad de los productos.
Por su parte, Lizarran, marca líder en gastronomía española en el mundo, lanzó esta misma semana su Proyecto Bares, una iniciativa dirigida a bares en funcionamiento que, con un canon de entrada de sólo 19 mil euros, pueden convertirse en locales de la franquicia.
"Buscamos ofrecer soluciones a un sector que está sufriendo con extremo rigor los efectos de una crisis que está teniendo especial incidencia en los bares de barrio", reconoce la firma franquiciante.
Las franquicias han demostrado funcionar muy bien en tiempos de crisis, al contar con el respaldado de una marca exitosa, que goza de posicionamiento y solidez en el mercado, por lo que el riesgo se minimiza no sólo en el arranque sino en el crecimiento y expansión del punto de venta.